Cada día detesto la vida más. Hoy es un buen día para morirse. Tengo entendido que tus clases terminan a las siete, por eso transité por el puente Benavides a eso de las ocho, pensando ya se fue; y demonios, no sé si eras tú, o alguien muy parecida, pero te vi abrazada de un tipo con pulover. Dios, qué suerte la mía, algo me decía que no vaya hasta ahí, pero nada me detuvo. Todo el rato estaba con u vacío en el estómago. Y se te veía feliz, como cuando andabas de mi lado, como cuando sabía arrancarte una sonrisa. Huí de ustedes, ya verlos de lejos, (si es que eran ustedes), era demasiado para mí. Mira, que amarte tanto de esta forma desinteresada, sin complejos, universal, y mi corazón partiéndose como una galleta. Siempre me pintan como malo, solo recuerdan los actos fallidos que hice, nunca mis ratos buenos. Y ahora que estoy en plena ebullición de normalidad, mira cómo la vida me viene a castigar. Yo no quisiera apartarme de ti, Claudia, pero, si eras tú la chica, se te veía feliz. Intentar hacerte feliz está de más.
A qué he caído. Suplicarte para que me des una cita, para ser la sombra de tu sombra, eso es tonto. Pero ya con ello puede tener una miserable idea de lo maravilloso y enorme de mi amor. Yo no quería que regreses conmigo. Quería que me conozcas, quería subsanar las heridas que te causé, quería ser bueno por una vez en mi extraña vida. Tengo las razones, tengo las formas, tengo los aperitivos y las palabras para arrancarte la sonrisa más natural. Soy una persona sincera, graciosa e inteligente, no entiendo por qué tanta indiferencia, tanto tósigo. Sé que me quieres aún, ¿tal vez tienes miedo volver a enamorarte si me ves? No creo. Quisiera saber si eras tú la chica que vi. Me inclino con que sí, pues hiciste ese pasito de Chespirito al caminar, ese que me divertía tanto.
Bueno, no quiero aburrirte más, mis pétalos jamás tocaran tu piel. Tuve el amor y fui tan estúpido para dejarlo. Pero que quede claro: Yo siempre te voy a amar, siempre, contra viento, en la lluvia, así ames a otras personas, yo te amaré, porque me haz marcado mi vida para siempre con tu increíble forma de ser, con tu sonrisa loca, con tu divertida manera de hacerme sentir bien y el amor único que me proferías.
Te adjunto ese poema de José Ángel Bueza que te gusta tanto, se llama Poema de la despedida
"Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti."
Y muy personalmente te dejo el poema titulado Elegía para ti y para mí:
o seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizá, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste mas que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.
Acaso nos veremos un día, casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.
Yo pensaré quizá: "Qué linda es todavía."
Tú quizá pensarás: "Se está poniendo viejo"
Tú irás sola, o con otro. Yo iré solo o con otra.
o tú irás con un hijo que debiera ser nuestro.
Que seas feliz.
Y por consideraciòn, podrías decirme si fuiste tú la chica que vi?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario