miércoles, 31 de agosto de 2011

Mis pupilos y tus pupilas

Trabajo en Hermes, soy una especie de supervisor a medio tiempo, me subieron el sueldo y soy muy eficiente. Mis jefes me felicitan y felicitan mi apego a los conocimientos, y no les molesta que en mis ratos libres lea las lecturas que me dejan en la Universidad. Juan Barreda es muy condesendiente conmigo y yo le tengo mucha estima. Ashtu es un chiste, pero uno muy bien contado porque a su lado uno se ríe hasta dolerse. Soy el más antiguo, y perdón por lo pretencioso que pueda sonar, soy el más hábil y capaz, me lo dijo Juancito. Y desde hace un tiempo me asignó a cuatro personas, los cuales son mis pupilos. Pero como soy malo memorizando sus nombres y por cuestiones de memotecnia, para que mi cerebro no rechace la información, ya que tengo demasiada almacenada, los he denomimado: Pupiletras, fue mi primer pupilo, siento mucha estima por él, es muy gracioso y no me gusta que me ve blue blue blue; Pupi, que estudia en La Molina, es el más gracioso de todos, hace muchas bromas y siempre me involucra con las digitadoras del área de en frente; Pupilín, que es mi más reciente adquisición, un poco díscolo, pero intento integrarlo para que entre todos seamos un grupo compacto y efectivo a la hora de enviar la mensajería a provincias.

Pero me falta mencionar uno. Ese que me falta son tus pupilas, Claudia, las primorosas estrellas, cubiertas por una gafas que, cuando me las ponía, me hacían sentir sensaciones psicotrópicas. Sí, tus ojos, grandes y cafés, que me miran cuando cierro los ojos y pongo en blanco la mente. Cuando tomo olanzapina y me voy entregando a sus efectos narcóticos, tus ojos, tus pupilas, tus córnea, tus belleza, me hace un invite a la nostalgia. Y soy feliz con tus pupilas. Mis pupilos podrán ser eficaces, me tratan con respeto, juegan a que me quieren y a que me odian; pero tus pupilas, tus pupilas, Claudia, las tengo tatuadas en mi cabeza. 

Y en estos días de lluvia, tus pupilas pueden ser el más preciso de los abrigos, porque me ofrecen una acogedora lindura, que yo, opaco de llanto, me atrevo a seducir con versos color café, café como tus ojos que amo tanto.

Y que te extraño por toda la eternidad... Espero que te guste, sólo yo sé el secreto de tus ojos.

domingo, 28 de agosto de 2011

Las dos mujeres

PRIMERA MUJER: LA TRAIDORA, FULANITA EMBUSTERA

¿Qué puedo decir? Que no lloro por ti? Claro que lloro por ti. Porque soy un huevón, un tarado, un imbécil, lo dejaste, dices, y al mismo tiempo mis labios recitaban líneas que te causaban sopor en una incierta luna, cuando caían nuestros deseos en un lóbrego destino. Y tú te ibas a una fiesta y te besabas con otros, y otros se te declaraban, y salías del trabajo de la mano parlando con otro, y en el paradero abrazabas a ese gordo mugriento con pinta de homosexual, y lo besaste llena de gracias para, según tú, arrebatarle las lágrimas que le nacían. Y yo, hechp un cojudo, en mi puesto de Hermes, contemplando mis dedos en el armario, mientras sufro el primer desmayo de esta sociedad. Y recién iban dos días. Y esos días los creí el inicio de una inmensa amistad con apariencia de amor. Pero, la reputamadre, por la conchasudamadre, me cagaste el corazón. Y lloro porque te quería mucho, me simpatizaba tus muecas, tus aletargadas pestañas seduciendo mi timidez. Y así de linda, así de puta resultaste. Dijiste que yo era un chico, sensible, bien, tranquilo, ok, diferente a todo lo anterior. Por la puta madre, porque te respeté tanto. En tu amorío con él, jamás te besé porque si te besaba estando tú con él, para mí dejarías de ser mujer, serías lo que eres ahora: una cualquiera. Por esto no quería querer a nadie, porque LAS MUJERES LO ROMPEN TODO. Te adelanto mis pasos. Correré a la cocino, cogeré el cuchillo, partiré un pan, le echaré mantequilla y miraré tele mientras dejo de llorar por ti.
"Lloro por lo mucho que te quería hasta el momento, aquí estás tú de rodillas y me importas un pimiento"

SEGUNDA MUJER: LA CARNICERA INSENSIBLE, PIADOSA EN EL AMOR

Lloro por ti todas las noches, porque sé que tú amas a Javier y olvidaste todo lo que vivimos. Mientras yo sueño contigo, hago las cosas por ti, tú sufres porque ese emo, que te dejó. Yo te hubiera respetado toda la vida, pero no lo hice. Me parto. Me parten las mujeres. Ya había dejado viejas costumbres, sabes, como divagar, soñar, hacer poesía, pensar en la muerte. Porque yo estoy sano. Pero extraño estar enfermo, tentar a la muerte, preocuparte y que vengas y me abraces. Fui manipulador. Y ahora me manipularon y me dejaron hecho mierda, una mierda muy triste. Nadie dijo que el amor fuera felicidad. Yo te amo solo a ti, no puedo amar a nadie más. Metí la pata al querer a otra, me pagó mal. En cambio tú, tú nunca me pagaste mal, yo fui el tonto muchas veces. Dejaría mi carrera, mi familia, mis amigos, daría mi vida, por verte un instantem que te quedes callada y me dejes llorar en tu hombro.
Te amo, pero quizá nunca más comprendas eso. Te amo, pero quizá nunca más me respondas.
¿Por qué los poetas sufrimos por amor?
¿Por qué el chico bueno siempre pierde?
¿Por qué te amo tanto? Hay algunos indecibles que merecemos una oportunidad en esta vida, una última para dar el toque final y esperanzarnos en el amor.
No amo ya, no, sólo a ti. Tenías razón, las que creí mis amigos, no lo son, esa chica que tú conoces como Azul es una traidora, ella colaboró a que esto suceda.
Quisiera verte. Quisiera morir.
Ahora iré a mi cocina, cogeré el vidrio y taparé mi ventana para que el frío no entre, ni mi llanto salga.
Te amo

lunes, 15 de agosto de 2011

Pésame

Yo no valgo tu sacrificio, mucho menos tus ojos sobre los míos, mucho menos tu mano delicada sobre mi cabello; mucho menos tu ego fracturado por mis dislates. No valgo siquiera una sola de tus lágrimas. Y, la verdad, tú tampoco vales nada mío. Tengo muchos miedos... Me da miedo crear un edicio en un terreno en donde sé que la vida se torna hostil.

No lo dejes. Es mucho mejor persona que yo. Él puede tener sus ratos de idiota; yo vivo en la idiotez. Tengo una pasión por hacer sufrir a los que me quieren. Yo siento tu cariño porque me haces sonreír. Pero no valgo la pena. Sólo te haría sufrir o te golpearía o quisiera dominar tu vida; mientras que tú deseeas algo más tierno, yo ya le perdí sentido a la ternura, ni siquiera sé mentir. Yo no mentí cuando te dije que te quiero porque eres muy buena conmigo y me apoyaste en los peores momentos de mi vida. Pero... Pero tengo mucho miedo. Me vas a dañar.

Si lloras al leer esto, ya me estás dañando. Yo me lo merezco, porque nunca debí tantear tu boca imposible en un cielo roto. No lo dejes, él te quiere; intenta algo con él. Vuela, palomita, vuela, sube alto, besa las nubes, busca a Dios, y cuando lo encuentres, palomita, dile que ponga las cosas en su lugar. A ti que te devuelva la sonrisa, a mí, mis preciadas introversiones.

Palomita, si vuelves, no puedo jurarte que voy a ser digno de ti. Cuando uno vive con miedos, en realidad, nunca es digno de nada. Al menos sé que alguien especial me quiere y piensa en mí. Y eso es porque se dio cuenta que entre tantas cosas que me hunden, persiste ese hálito de perseverar y alcanzar un sueño.

Palomita, vuela, vuela. Y por favor, intenta ya no volver a casa. No te merezco. Eres demasiado buena para mí. No me mereces, soy demasiado malo para ti.

Palomita, vuela... Surca los cielos, encontrarás muchos Jeremías más guapas y más sanos. Yo todavía estoy loco. Recuerdas que nunca nos ponía conn alguien que esté peor que nosotros? Yo estoy peor que tú. Sólo nos mataríamos.

Vuela, palomita, vuela muy lejos aunque me duela y te suplique por tu boca contándome un cuento

viernes, 5 de agosto de 2011

Te extraño (segunda parte) Click, por favor

Te extraño en esta mañana atiborrada de nostalgias. Cuando pasa un ave en lánguido vuelo, extraño tus caricias recorrerme el rostro. Te extraño porque tengo mucho tiempo libre para pensar, el cual dedico en rememorar los instantes en los cuales pudimos disfrutar de una ternura sin igual. Y cuando llega la hora de dormir, te extraño porque mi habitación es amplia, y el eco de mi llanto, al saberte en otros brazos, me impide conciliar un sueño que más o menos me satisfaga el cansancio de un día de trabajo pesado. Te extraño cuando llueve, porque está lluviendo y no lloviendo. Te extraño cuando me decías que yo era tu rey, y cuando por tus lágrimas yo decidí cambiar mi tristeza por una sonrisa que te embargue y nos contagie solo de amor. Te extraño porque es triste mirar a las parejas besarse en las esquinas, mientras yo me ahogo en soledad.
Te extraño cada noche. Te extraño cada crepúsculo. Te extraño cuando voy a la playa por las mañanas. Te extraño cuando tomo un café. Te extraño cuando camino por Surco. Te extraño cuando hace frío, porque no hay nadie quien me dé su cálido abrazo para arrancarme tanta soledad.
Te extraño porque he madurado y lo he hecho por ti. No me importa nadie más que tú. Todo lo que he logrado ha sido para impresionarte. Te extraño porque soy un tonto que solo sabe añorar. Te extraño porque vives dentro de mí, con tus defectos, con tus virtudes, con tus sonrisas, con tus ojos ñorbos, vives y pervives. Y trataré de impresionarte siempre para recuperar tu amor, aunque me demore 51 años eternos. Porque yo soy un tipo tímido, pero perseverante. Te extraño porque siento que eres la mujer de mi vida.