Te extraño en esta mañana atiborrada de nostalgias. Cuando pasa un ave en lánguido vuelo, extraño tus caricias recorrerme el rostro. Te extraño porque tengo mucho tiempo libre para pensar, el cual dedico en rememorar los instantes en los cuales pudimos disfrutar de una ternura sin igual. Y cuando llega la hora de dormir, te extraño porque mi habitación es amplia, y el eco de mi llanto, al saberte en otros brazos, me impide conciliar un sueño que más o menos me satisfaga el cansancio de un día de trabajo pesado. Te extraño cuando llueve, porque está lluviendo y no lloviendo. Te extraño cuando me decías que yo era tu rey, y cuando por tus lágrimas yo decidí cambiar mi tristeza por una sonrisa que te embargue y nos contagie solo de amor. Te extraño porque es triste mirar a las parejas besarse en las esquinas, mientras yo me ahogo en soledad.
Te extraño cada noche. Te extraño cada crepúsculo. Te extraño cuando voy a la playa por las mañanas. Te extraño cuando tomo un café. Te extraño cuando camino por Surco. Te extraño cuando hace frío, porque no hay nadie quien me dé su cálido abrazo para arrancarme tanta soledad.
Te extraño porque he madurado y lo he hecho por ti. No me importa nadie más que tú. Todo lo que he logrado ha sido para impresionarte. Te extraño porque soy un tonto que solo sabe añorar. Te extraño porque vives dentro de mí, con tus defectos, con tus virtudes, con tus sonrisas, con tus ojos ñorbos, vives y pervives. Y trataré de impresionarte siempre para recuperar tu amor, aunque me demore 51 años eternos. Porque yo soy un tipo tímido, pero perseverante. Te extraño porque siento que eres la mujer de mi vida.
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