martes, 18 de octubre de 2011

Rutina

Cada mañana me levanto y lo primero que hago es tapizarme el rostro de gestos para disimular las arrugas que me han dejado la noche de llanto anterior.  Tomo mis medicamento. Me doy un baño para desnudar mis perezas. Escucho siempre la misma canción. Me sepillo los dientes. Y plancho mi camisa. Tomo un escueto desayuno y salgo con apuros para no llegar tarde a mi clase. Pero siempre llego tarde. Y después de las clases camino solo tratando de orientar mis pensamientos hacia algo sutil; pero siempre recaigo en esos recuerdos de miel. Discrepo con algunos rojos, o comunistas poseros que pululan en San Marcos. Vuelvo a la facultad de Letras para mis clases de la tarde. Y más tarde me divierto mirando a las palomas formar figuras geométricas. Cuando el sol ya está bajando y la noche nos invade, también llega tu recuerdo a torturarme con frases que en su tiempo supieron hacerme feliz. Y llamo a mi casa para que no se olviden de dar de comer a mis conejitos. Y te nombro mi reina y princesa. Y abordo mi bus para ir al trabajo. En el trabajo es siempre lo mismo: hago todo los días lo mismo. Y eso harta. Pero el laburo termina. Y los compañeros salen y se encuentran con sus novias, o las llaman. Y mi frío teléfono no suena. Abordo el vehículo que con su trac trac desaforado ha de devolverme a la rutina. Pues me siento cerca a la ventana y añoro los días en que la llamaba y le decía cosas muy tiernas, o discutíamos por tonterías, o ella me gritaba porque yo era impulsivo. Y una lágrima me brota. Para cuando los recuerdos se adentran en los incipentes días de este amor, ya es la hora de bajar. Y al bajar, el frío me hace extrañar un abrazo. Y las parejas se acarician o se entienden más. Avanzo solo. Me adentro por callejas solitarias y me vuelvo loco cuando creo ver un ladrón. Al fin llego a casa, buenas noches, mamá. La pena ya la adquirí. Voy a mi habitación a hacerla salir. Y me envuelvo en lágrimas porque, porque soy trovador, pero desdichado en el amor. Y eso será una rutina que durará toda la vida.

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