lunes, 7 de noviembre de 2011

La inteligencia de aquellos

La primera vez que medí mi CI fue por encargo de la psiquiatra. El examen me tomó vulnerable, en aquellos días llenos de crisis, episodios e intentos de suicidio. Y la antipatía que me producía el ejecutor del examen, un psicólogo con cara de aburrido y que bostezaba mucho. Mi resultado fue 114. Un tiempo después me dijeron que ese resultado era relativo, pues para dar un buen examen debo tener equilibrados tanto mi CI como mi IE (Inteligencia Emocional). Fue por ello, en un periodo en que todo andaba de maravilla y tenía corazón y una novia muy linda que me apoyaba tanto y en todo lo que concierne al ámbito intelectual, que me hice otro test para medir mi CI. El resultado fue 154, lo que virtualmente me coloca en el nivel de los "Superdotados", a seis puntos de Einstein. La noticia fue tremenda para mí y fue tomada con mucho alborozo por Claudia, mi exnovia, me felicitó y se sintió orgullosa de tenerme de novio. E incluso tuvo palabras conmovedoras las cuales me llenan de nostalgia y que terminan así: "...Quisiera que nuestros hijos salgan a ti". Ella quería casarse conmigo, y yo con ella. Éramos por ese entonces una pareja ideal e irrompible. Por ese entonces, Dios...

Con ese CI logré mi ingreso a San Marcos, una de las más difíciles universidades nacionales, en un respetable tercer puesto, con un puntaje alto, sin haber estudiado mucho ni tanto. Y después de ello vino la tristeza, esa piedra en el zapato, que se acopló a mi vida durante mucho; pero que desde entonces ha mudado su residencia a mi vida, y convivimos. En el 2010, volví a medirme el CI y este había bajado, en parte porque detestaba la carrera que había elegido y eso me mantenía mal. Ahora mi CI era 131, eso me ubicaba entre los brillantes, si mal no recuerdo. Pero unos meses después, mi vida caería en un profundo foso del cual no sé salir. Y me deprimí hasta ahora, considerando que tengo TLP, la vida me limitó tanto, es como si me hubiera permitido ser un genio durante un tiempo para que yo me vaya muriendo de nostalgia en el futuro. Y así sucedió. No volví a sacar en ningún test 154. Mi CI bajó hasta 114, que es algo promedio en un estudiante sanmarquino. Y a pesar de ello y mi enfermedad, coseguí otro ingreso a San Marcos, algo mediocre, qué más podía pedir con tan apocada inteligencia, en la que desenvuelvo bien: Literatura. Posterior a ese ingreso volví a medirme el CI y este alcanzó los 148, que es el que actualmente supongo tengo. Claro mi IE había aumentado. Por esos días estaba muy deprimido, y la amitriptilina y la olanzapina no dejaban que me concentre. Se manifestó totalmente mi Trastorno Limitrofe de la Personalidad, y recaí horrible. Y hasta ahora estoy en ese foso de mierda. Siempre que quiero salir algo me empuja más abajo.

Es obvio que mi IE está severamente dañado. En cuanto mi CI, trato de enriquecerlo con lecturas y hasta llegué a dominar las Integrales y Derivadas, junto con Las Funciones, cosa increíble en alguien que solo sabe leer y escribir. Mi CI va disminuyendo cada día, eso es cierto, ya no soy el genio que conoció Claudia, ahora soy uno más del montón, y muy pronto seré un idiota. A pesar de que logré comprender la Mitología Griega y estudio a Nietzshe por mi cuenta, no puedo hacer que mi CI aumente otra vez. Me da miedo volver a medirlo, temo que me digan: "Señor, usted es un idiota". He intentado hacer cosas terribles. Y no sé qué será de mí ahora que me vuelvo uno más. La única salida es nivelar mi IE, pero.... Pero eso no se podrá, porque yo me conozco y yo sé la cura, y la cura me conoce y sé que no piensa volver a verme.

He escuchado que por Magdalena hay un lugar para personas como yo.

Y también he escuchado del MENSA, y que están interesados en mi CI, y en mí. Pero lamento decirles, hermanos de México, que ya no soy el genio de antes, ya ni puedo escribir un buen poema ni un buen cuento. Me deprimo mucho y a cada rato. Pero les prometo, hermanos de México, estabilizar con drogas, si es necesario, mi IE e ir con el certificado para dárselos y formar parte de su comunidad. O es que ya estoy tan orate que estoy soñando que me han llamado. A lo mejor es eso...


viernes, 28 de octubre de 2011

Lo que importa

No importa si no has leído tanto como yo, la verdad, yo tampoco he leído tanto. O si no sabes algún cuento de Borges o de la existencia de Kavafis. No importa, en verdad.
No importa si la la Política te parece asquerosa, mediocre y denigrante, aunque no comparte tu punto de vista, no me importa eso, en verdad.
No importa que no te guste el tipo de música que yo escuche, que lo tuyo sea más pop, no importa, en serio.
No importa que no sepas de besar, uno no nace sabiendo, yo tampoco sé besar, en realidad, juntos podemos aprender, si es que nos lo proponemos.
No importa que no me digas cosas tiernas o te rías todo el tiempo.
No me importa si me miras y te quedas callada; o si no entiendes cuando te platico de algún tema en particular.

Lo que realmente importa es que esta magia que surge y nos envuelve jamás se rompa. O que nunca dejes de tener una sonrisa apremiante cuando yo quiera estar triste. Y que no me sueltes la mano cuando volamos a través de la gente. Eso importa, niña, eso importa en realidad. Lo demás sobra.

sábado, 22 de octubre de 2011

Denominaciones

Llámese alivio a tus palabras,
llámese fulgor al brillo de tus ojos,
llámese acaricias a tu mirada.
Llámese tranquilidad a tu sonrisa
y reposo cuando entre nosotros
después de tantas muecas
surge una conversación.

Llámese delirio a esto que siento por ti,
locura a soñar contigo,
trastorno a lo que hiciste en mí.
Llámese opulencia a abrazarte como amigo,
llámese tentación a no quererme ir
de tu lado cuando te encuentro.
Llámese desdicha a verte partir.

Llámese vacío a lo que dejas en mí.

Llámese tortura a verte con otro,
distancia a tu edad y a la mía,
desdicha a mi pasado errado.
Llámese vacío a lo que hay en nosotros,
paciencia a este mediodía sin sol.
Llámese angustia a no verte,
muerte a tener que perderte
y llámese secreto al que habita en tu corazón.

martes, 18 de octubre de 2011

Rutina

Cada mañana me levanto y lo primero que hago es tapizarme el rostro de gestos para disimular las arrugas que me han dejado la noche de llanto anterior.  Tomo mis medicamento. Me doy un baño para desnudar mis perezas. Escucho siempre la misma canción. Me sepillo los dientes. Y plancho mi camisa. Tomo un escueto desayuno y salgo con apuros para no llegar tarde a mi clase. Pero siempre llego tarde. Y después de las clases camino solo tratando de orientar mis pensamientos hacia algo sutil; pero siempre recaigo en esos recuerdos de miel. Discrepo con algunos rojos, o comunistas poseros que pululan en San Marcos. Vuelvo a la facultad de Letras para mis clases de la tarde. Y más tarde me divierto mirando a las palomas formar figuras geométricas. Cuando el sol ya está bajando y la noche nos invade, también llega tu recuerdo a torturarme con frases que en su tiempo supieron hacerme feliz. Y llamo a mi casa para que no se olviden de dar de comer a mis conejitos. Y te nombro mi reina y princesa. Y abordo mi bus para ir al trabajo. En el trabajo es siempre lo mismo: hago todo los días lo mismo. Y eso harta. Pero el laburo termina. Y los compañeros salen y se encuentran con sus novias, o las llaman. Y mi frío teléfono no suena. Abordo el vehículo que con su trac trac desaforado ha de devolverme a la rutina. Pues me siento cerca a la ventana y añoro los días en que la llamaba y le decía cosas muy tiernas, o discutíamos por tonterías, o ella me gritaba porque yo era impulsivo. Y una lágrima me brota. Para cuando los recuerdos se adentran en los incipentes días de este amor, ya es la hora de bajar. Y al bajar, el frío me hace extrañar un abrazo. Y las parejas se acarician o se entienden más. Avanzo solo. Me adentro por callejas solitarias y me vuelvo loco cuando creo ver un ladrón. Al fin llego a casa, buenas noches, mamá. La pena ya la adquirí. Voy a mi habitación a hacerla salir. Y me envuelvo en lágrimas porque, porque soy trovador, pero desdichado en el amor. Y eso será una rutina que durará toda la vida.

domingo, 2 de octubre de 2011

Hotel Pasiones, habitación 405

Entre carteles y despojos, las miradas tristes y los compases dormidos, subíamos hasta la que sería nuestra tumba. Enrumbados, Laura, y acostumbrados a sufrir, nos fuimos despojando tímidamente de los vestidos. "Es la primera vez que hago esto", dijiste; también era la mía. Y, pues, el piso con su aquiescente forma de rombos y triángulos que simulan tus partes. Y, claro, ya estábamos demasiado desconocidos como para reconocernos ebrios. Pero tatuado me dejaste esas tus pestañas aladas. Y tus besos subiendo con su mágico fulgor, Laura, y mis dedos tratando estar a la altura de tus senos increíbles y de tu vientre plano por la depresión. Claro, teníamos que estar así de delgadas, luego de llorar tanto. Y esta, Laura, era una forma muy pérfida de renegar de nuestras penas, de obstruir ese recoveco que el destino nos impuso, con adulaciones, falsas promesas y un sentimiento cada vez más insano. Y, Laura, ese beso en el alma, con harto morbo y tu respirar en mi piel húmeda. O esas manos que maravillaron a cualquiera. Y esa espalda tan suave, y tus caderas... Tu piel iluminada por la tísica luna que se colaba como una mentira. Nos amanecía, Laura, había que apurarnos. Claro, era tanto tiempo sin estos trotes. Y para ti también, pues ambos, a esta hora mentirosa, seguimos el rumbo de nuestras pesadillas. Pero a esa pesada hora, cuando, recostados en el lecho deshecho, con tu boca me inspiraste esto, haciéndome un juego de tu lengua amarrada  a mi piel. Me hablabas con tanto amor y dulzura, pero ese amor y esa dulzura no me pertenecían, sino a él, tu ex pareja. Y éramos terribles y horribles, tuvimos que huir de esa fiesta, a penas nos vimos solos y nos concentramos en las tristezas ajenas; pero éramos mucho más preciosos con esa desnudez que nos cubría. Y luego nos dijimos: "Te amo. Ya no te amo", "Te amo. Ya no te amo". De qué valía sonreír o sentirse querido si, llegada la mañana volvíamos a nuestras habituales penas. Teníamos que concentrarnos, Laura, en la carne y el placer. Y yo, meditabundo, te expliqué que este encuentro era un simulacro de amor para los desposeídos de corazón. "Te necesito ahora. No, ya no te necesito". "Ta amo ahora. No, ya no te amo". Me dijiste que preferías a los tipos guapos como tu ex, pero me diste un beso en la nariz y dijiste: "Pero contigo haré una excepción". Y entendimos que la belleza es una forma de opresión. Y los otros que sufren quizá no entiendan esto, pero, nos veíamos precisos debajo de la tísica luna, semejante a una uña, que nos bañaba con plata y tu eterno clamor por el placer en tu vientre. 

Oh, Laura, álzate entre la gente. Y llévame bailando, como en la fiesta esa que nos presentó, hasta el principio del placer. Laura, tu boca entre mis dedos. Y yo hurgando tu interior, con movimientos de tango, tiernamente asidos a esta irrealidad llamada pasión. Y ciegos de pasión, nos fuimos consumiendo como dos fuegos fatuos, cada vez más líricos en nuestros movimientos, cada vez más burdos en nuestros ensimismamientos, pues claro: tú pensabas en él, yo en ella. Y eso era nuestra ciudad, una inmensa tierra de pájaros fugaces y muertos que solo saben llorar. Da igual: somos feos, pero nos queda el lunes para reconstruir nuestra imagen. ¿Qué habrá pensado la gente al vernos salir de la fiesta con tanta prisa, besándonos en cada peldaño, acariciándonos y subir al taxi?

Y cuando mire el Hotel, siempre recordaré tu boca en mi piel.

Te extraño, Laura.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Tu recuerdo en el espejo

Diseminados los reflejos, acuden
al cerebro prontas evocaciones,
como tu piel clara sobre mi cielo,
o el suave beso que hacíame resucitar.
Escribo esto con un agujero en el vientre,
tratando de asimilarte como otra
como incapaz de asirte a mi dolor huraños.

Y apesar de ello, todavía te amo.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Feliz cumpleaños

Y que de ese del cual te enamoras ahora sepa lo pérfida que fuiste. Y que sepa de qué cuidarse y te investigue un poco. Y que te acompañe en este día especial para ti, y comparta tu inigualable sonrisa. Y tus ojos grandes y briosos. He pensado en ti. Y en tu propuesta de irnos a vivir cerca al mar, tal vez Magdalena, para despertar mirando el mar, y luego de estudiarnos con la mirada cargada de fantasías, empezar un día lleno de vericuetos y largas travesías. Y que ese del cual te enamoras no sea desafortunado como yo ni esté así de loco,ni tiemble con tu cariño ni se incomode y mucho menos se sienta perseguido y viva a la sombra de un león. Y ahora que lo pienso, hubiera sido muy interesante esa idea de traer un hijo a esta tierra de lágrimas, educarlo y hacerlo hombre a fuerza de cariños y comprensión: exactamente todo lo que me faltó. Pero no hablo de mí, porque hoy es un día para hablar de mí, sino de ti, princesa. Y hoy es un día especial. Inicia la primavera, pero también inicias el enamoramiento de alguien que tal vez sí te merece. Porque me has borrado de ti. Y porque te paseas con él, el de que estás enamorado. Y sonríes. Y yo extraño ahora estar a tu lado, sonriendo con tus muecas, deseando tus frases. Y contemplando mi soledad desde tu punto de vista. Y como algo nos unió, eso mismo nos separó. Y ese hijo muerto, es el secreto de tus labios.

Pásala bien con los que te quiere. Que cumplas muchos años más. Y gracias por estar en los momentos -difíciles. Yo no hubiera llegada hasta aquí sin ti. No vuelvas a lastimarme así más. Adiós y sé feliz,

A. P.

lunes, 19 de septiembre de 2011

No soy ni la mitad de hombre que fui ayer

Preso del vil licor, atravesé por estancias psicotrópicas. Me victimicé y dije cada tontería e hice cada pavada. Nada justifica un suicidio, es cierto, ella tiene razón. Y no hay cosa noble para quitarse la vida. La única causa noble para morir es morir por no ser un canalla o un traidor, por no renunciar a tus ideales. Y yo no renuncio a nada. A ti sí. No es bueno, pero será lo mejor. Me preparo para el olvido. Y aunque quiero verte, no lo voy a hacer. Mañana es otro día, y no quiero llegar, pero tengo que llegar porque estoy vivo; pero no le agradezco a Dios, ¿qué agradecerle? ¿tanto sufrimiento?, si llego mañana a estar vivo, será porque la vida me depara algo bueno. Y si te vuelvo a ver de casualidad, será por algo. Y no soy un cobarde, si eso crees, estoy triste y desesperado. Y nadie me ayuda a salir.

Un ratoncito me dijo que el cielo lloró. Y las putas se alegran. Y yo echando espuma, ebrio y loco por el poder y los recuerdos...

En el lugar de la pastilla están impregnados tus vagos recuerdos, a ver si me recuerdas, no como un loco, sino como el chico triste que te hacía sonreír..

Me espera la calavera en el fonde de mi habitación.´

Nos volveremos a ver...

sábado, 17 de septiembre de 2011

Ella también es poeta

"Aquellas manos que en una noche deshojaron los pétalos de mi jardín
de un jardín perfumado con sábanas blancas como mi piel
llenas de amor por ofrecerte un amor sin condiciones
y sin condiciones deshojaste mi piel
llenas de amor por entregarme tu calor.

Aquellas manos que recorrieron todo mi jardin
dejaron esparcidas todos los pètalos de amor
en las sábanas llenas de pasion sin condiciones
en un jardin que recordamos tu y yo.
aquellas manos... solo tienen el calor de mis pétalos
en un jardín de amor que construimos tu y yo."


¿Por qué tuve que rebuscar mis mensajes? Encontré tus versos, agazapados con disimulo, esperando mi relectura para que entiendo de una vez por todas, simplemente: eres genial.

Me contaste que tienes novio. Y yo corrí hasta el barquito para darme de testazos y victimizar mi tristeza, hacerla acorde a lluvia venidera. Y me dijiste que él te comprendía y que era muy bueno. Y yo me desentendí y decidí dejarte libre, que lo quieras solo a él, y dejar de ser mancha en tu óleo. Pero nunca estarás libre de mí, tú lo dijiste, porque siempre viviré en tus nostalgias. Y espero ser eso siempre: amable nostalgia. Yo no espero ya nada de la vida, ni el amor ni la felicidad ni nada. Ya hice muchas cosas que me enorgulleces y otras que me hunden en la depresión más y más. Dejé los medicamentos del todo, ya no tiene caso pelear una batalla que se pierde desde el primer momento. Y yo quería casarme contigo, tener hijos, criarlos y que se parezcan a ti. Educarlos y ser un buen padre, todo eso. Pero ya nunca más tendré esos deseos de ser padre, porque ninguna criatura merece que yo sea su padre. Sería una maldad universal traer un hijo mío.

Si Dios hubiera destruido la humanidad apenas esta quiso ser como Él, yo creo que la vida ahora sería más bonita. Porque entre tanta mierda, uno termina por camalonearse con el gris de las calles. Y libérame de amarte. Porque te amo sinceramente. Y porque no hay otra mujer que ame como a ti. Todavía converso con tu recuerdo. Y me pregunto, antes de prorrumpir en llanto: ¿cómo pude golpear a quien me hacía soñar? Es una condena que me seguirá hasta el último suspiro, que, desde luego, será por ti. Y ya es muy de noche. Y me espera mi destino. Y mi desatino también, fíjate que tan inteligente pero tan loco y triste. Y tu lo dijiste: en lo académico no niego que eres genial. Y eso no sé si fue un cumplido o un piropo. Llevo atesorada tus frases. Lamento dañarte al decir que te equivocaste, pues, de qué vale un CI de 156 si no sé utilizar esa inteligencia superior para vencer a una pueril depresión. Si la depresión se volvió crónica fue mi culpa. Y ya me despido de todos. Ya me despedí de las personas que encontraron entretenido quererme un poco. Y nadie sospecha lo que entreve mi viaje. Sí, un viaje astral... De qué sirve ser inteligente o muy inteligente si no sé desatar una bolsa, si no sé amarrarme los zapatos, si no sé recuperar la felicidad. De qué sirve la vida si no se le encuentra sentido. De qué sirve los sueños realizados si no tienes con quién compartir tu felicidad merecida. Y es que estoy muy solo. Y siempre ha sido así. Pero toda soledad tiene un fin, a veces trágico, otros, cómico. Lo que quiero es huir, huir de ti, de todos. Si Dios entendiera o sintiera, me daría carta libre y dejaría de insistir con su preceptos. La religión es para personas sumisas. Yo siempre fui rebelde. Una manera de rebelarse contra Dios es querer ser uno Dios. Yo no soy Dios, tal vez sí dios. Y a pesar de que me sonríe el trabajo, los estudios, mi vida sin ti está incompleta. No pido que vuelvas a mi lado, ya nada será lo mismo. Tú ya no me quieres, si vuelves es solo para sentir lástima, y yo no quiero alguien que se apiade de mí, yo quiero alguien que me ame, que ame, que ame para toda la vida. No quiero dejar de escribir, porque sé que si pongo el punto final, cerraré para siempre mi coherencia y me llevaran las tristezas. Pero sería bueno verte, aunque sea por última vez. Pero tampoco, si te veo sería solo para que me reproches y yo no quiero eso. He sido valiente, he sido perseverante, he sido amoroso, he sido decidido y he sido rebelde; pero ahora soy cobarde, sumiso, inseguro, odiado y quedado. Y me quedare caminando toda la madrugada buscando una urgente salida para esta tristeza.

Aprendí a quererme, a ver mis virtudes, dejando de lado todos mis defectos, sé que soy una persona importante, que soy capaz y hasta puedo llegar a ser ejemplo. Me valoro, me quiero, me estimo. Y estimo y valor y quieor a muchas personas. Pero yo te amo sobre todas las cosas, incluso sobre mí, que soy una cosa en tu vida, para ser más sencillos, soy un estorbo. Y porque te amo quiero esto. A veces renunciar a alguien es una muestra de amor. Mi última muestra de amor será esta: renuncio a ti. Quiero que seas feliz, muy feliz, que sonrías siempre, que te alegres con cada luna, que tengas una familia numerosa y una vida larga y apacible, que olvides mi nombre, mi rostro, mi vida. Yo renuncio a toda pretensión de que seas mía. Ay, qué amargas son las horas de mi existencia sin mirar tus ojos, sin escuchar tu voz. Y una fatalidad se me presenta, la visión de un cielo ralo, con luces, y más allá la celda para los castigados, y más allá el infierno, mi destino. Y cuando te enteres de mis andanzas, ya estaré tan quieto, capaz de recibirte y podré recibir tus lágrimas y tus abrazos sin inmutarme. Y decides buscarme, trae por favor una sonrisa y déjame en el buzón un poema, porque querré saber de ti.

Tras estas líneas, Claudia, mi vida no será la misma. Y sabes, me siento solo. Pero no debiera estarlo, por qué? si tú vives en mi mente, en la forma de recuerdo. Y como recuerdo me acompañaras hasta el final de mis días. Yo te amo, y nadie te amará como yo. Y donde esté, rezaré por ti.

Siempre serás mi diosa coronada.

Hoy releeré tus cartas para encontrar el valor, y comprender cómo te pude golpear.

Creo que estuve demasiado loco.Y lo único que supe hacer bien fue perderte y acostumbrarte a estar lejos de mí.

Ay, tu boca, cuánto la extraño. Y esta imagen dormirá conmigo, hoy, si es que consigo dormir... 

Te amo

domingo, 11 de septiembre de 2011

Tercera muerte

Por si alguien le interesa, alguna vez, si le gustó mis letras y quiere saber de mí, el que las hizo, le dejo una reseña biográfica. Pero, por favor, si me mencionan, mencionen a Claudia, ella fue mi motivación en esta tormenta. Y afuera llueve, y en mi interior también. Me inundo. Y la gente me mira y siente lástima. Y yo sigo decidido, premedito mis pasos. Y mi amor con la aurora te vuelve a esperar... Porque mis ojos se mueren sin mirar tus ojos...

Nací el 24 de mayo del 89. Mi madre dice que fui un milagro, pues, muy aparte de los denodados esfuerzos que tuvieron que hacer para concebirme, el hecho de mantenerme con vida durante esos primeros años, fue una contradicción a los estilos de la naturaleza. Fui mellizo, pero mi otra mitad pereció en el intento. Estudié al principio en colegios particulares, pero el maltrato por parte de algunos compañeros me volvieron evitativo, ya que yo era el menor de todo el salón; es decir, crecí en un mundo inapropiado. Ese acelaramiento en mi educación, en el desarrollo del curso de mi vida, me trajo un serio problema, según me dijo la doctora Villa, que fue una depresión, y matizó mi personalidad al grado de darle un trastorno. El fin de la primaria me atrapó con una terrible pena. Lo que la doctora Villa llamaría mi primera muerte. Esta muerte duró dos años y medio. Mi mamá se fue a tierras gauchas, a mí eso me ensimismó mucho, acompañado del maltrato en el colegio, y de los arrebatos de furia de mi hermano mayor, eso me volvieron este tipo retraído que suelo ser cuando me siento desprotegido o con miedo. Un día él, víctima de su ira, me cogió del cabello y me arrastró desde las escaleras. Estaba entre dos fuegos, de algún modo tenía que escapar, qué mejor que vivir en mi mundillo, indeleble y plausible como una tormenta de escarcha. Los tiempos de la secundaria, fueron así de apocados, con la misma gravedad para la sociabiliazición y un ensimismamiento del cual solo me desprendía para entrar a la clases de letras, tales como Historia o Literatura. También sufrí el desdén de esa gente irreverente con actitudes de trogloditas. Todo porque era el menor de ellos. Tuve mi primer enamoramiento a los catorce, pero ya estaba algo loco como para entender que no sería el último. Y, pues, con esa niña viví momentos álgidos de irrevocables milagros, de insanas sorpresas, pero de infelices torturas. Terminó por dejarme por un emo que iba al gimnasio. A los diecisiete, con las ideas claras y la insoportable sospecha de querer ser un intelectual, me enfundé en la Literatura. Me gustó mucho Las cuitas de joven Werther y eso tal vez le entregó a mi personalidad ese toque romántico, soñador e idealista, con un amor de novelas, con ese afán por quererme, y por qué no, morir de amor, o morir por ella. Luego aprendí sobre el Che Guevara, ese argentino loco, y quise ser como él, me aferré a utopías, a inexistencias, a mundos probables, realidades alternas que ofrecía la locura. Y luego la poesía de Benedetti, Sabina, Miguel Hernández, Ernesto Cardenal... Y la música, desde luego. El arte y el amor son dos festines que la vida nos ofrece a cambio de tanto dolor. Claro, mantenerse vivo es un reto. Ay, la vida, se va terminando como se terminó mi suerte... Y un día a los diecisiete años conocí a la que sería la mujer de mi vida. Claudia Bazán. Y ella durmió mis penas, me enseñó mucho del amor. Y de otros aforismos. Tuvimos una relación muy bonita, pero a la vez muy rara. Y ella marcó mi futuro. Es la mujer que más amé, a quien está dirigido todo lo que escribo. El día que la perdí, simplemente reapareció esa tristeza dormida. Y esa sería mi segunda muerte. Si la ven, díganle que fue mi último pensamiento. Ingresé a San Marcos a seguir una carrera de Letras que no era de mi agrado mucho, la cual dejé por seguir una de mi total agrado: Literatura, en la cual me esfuerzo y me desvelo, con tal de sobresalir. Y, por qué no, impresionar a Claudia otra vez. Pero una mañana de septiembre, amanecí muerto. Sería mi tercera muerte, la definitiva. La noche anterior había ingerido mucho alcohol, y estaba lo suficientemente ebrio para entender que alcohol y pena son mala compañía, y si a eso se le suman barbitúricos, dio como resultado mi muerte. Perdí mi batalla contra la depresión. Y esto fue impulsado por una serie de acontecimientos torvos que fueron añejando mi alma al punto de volverme loco de pena. Y a esa gente que encontró divertido quererme le afectó mucho mi deceso, pero se recuperaron muy pronto y sus vidas siguieron sin llanto y sin penas. Me enterraron en la tumba que comparto con mi hermana melliza, mi compañera. Nací llorando y morí llorando. Y desde un lugar muy apartado y solitario, ya no me siento triste, pero siento una terrible nostalgia porque extraño el amor de Claudia y el arte que hacía para ella.

Postdata: Ella fue mi último pensamiento, tal como se lo prometí

sábado, 10 de septiembre de 2011

Despedida

Yo tenía sueños, sueños irrealizables y otros que se fueron llevando a la praxis sistemáticamente, a paso descansado, sin irreverencia y mucho empeño en depurar los tósigos. Pero todo quedará trancado porque fui inútilmente vencido, humillado en una lucha que sostengo desde hace años, no solamente desde que perdí la única oportunidad de ser feliz, sino desde mi primera muerte, mi primera infancia, en el principio de mis ensimismamientos . Siempre lidié con la depresión. Pero esa malsana actitud me venció en un juego invertido. Le puse empeño, tomaba mis pastillas, iba a mis terapias, me atreví a soñar, programé mi vida de una manera en que no la depresión no quepa. Pero de repente, en menos de un mes, todo se me fue al diablo, todas mis pretensiones se truncaron y mis alitas fueron cortadas.
Gracias a la vida, yo también le agradezco, porque en pocos años he logrado algunos logros, no muy afamados ni reconocidos, pero en lo que es mi mundillo, se suponen triunfos sin desmedros ni detrimentos. Esa canción es irónica, pues fue creada por Violeta Parra, y en ella agradece a la vida, su existencia, los confortes de la vida, las inusuales cosas que hacen a uno querer llegar al día siguiente. Sin embargo, esa canción es una despedida, pues al año siguiente se suicidó, víctima de una depresión que la aquejaba, como a muchos.
No sé si tengo lectores, si me extrañaran cuando deje de escribir. Tengo la decencia de despedirme si alguien me lee, si alguien sabe de mis intenciones futuras, yo sé que se lamentará alguna de mis líenas. Pero mi decisión es irrevocable, es mi renuncia, porque la vida es una herida adsurda, es una mala tonada. Y si acaso encuentro un momento de apoyo, de alguien, de quien sea que me haga sentir vivo sin importarle mi enfermedad, yo recapacitaré, pero tal vez no vuelva a escribir porque soy un mal escritor

domingo, 4 de septiembre de 2011

Nostalgias

Es breve: la madrugada de ayer fue conmovedora, tú del otro lado diciendo que sientes nostalgia, yo, de esta parte, muriéndome porque te extraño el doble. El frío apremiaba, me congelaban los dedos. Pero pensar en ti, es reprimir las penas. Te extraño siempre. Las dos últimas veces que bebí alcohol, bebí hasta producirme una intoxicación, terminé en una posta o en un consultorio a base de sueros. Y esta vez no pienso beber ni intoxicarme. Esta vez voy a pintarte en mi pared. Y cuando me sienta solo, te hablaré, aunque me llamen loco, no estoy loco, simplemente soy diferente y más sensible que los demás.

Extraño tu boca, tus ojos, tus cabellos, y, por qué no, extraño cuando te enojabas por mi ingenuidad, y me hacías polichinela.

(Una lágrima) A song for you, Claudia, siempre habrá una canción para ti en mis labios. Y una nostalgia en mi corazón.-

Mi corazón es tuyo, por favor, Claudia, no hagas anticucho.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Mis pupilos y tus pupilas

Trabajo en Hermes, soy una especie de supervisor a medio tiempo, me subieron el sueldo y soy muy eficiente. Mis jefes me felicitan y felicitan mi apego a los conocimientos, y no les molesta que en mis ratos libres lea las lecturas que me dejan en la Universidad. Juan Barreda es muy condesendiente conmigo y yo le tengo mucha estima. Ashtu es un chiste, pero uno muy bien contado porque a su lado uno se ríe hasta dolerse. Soy el más antiguo, y perdón por lo pretencioso que pueda sonar, soy el más hábil y capaz, me lo dijo Juancito. Y desde hace un tiempo me asignó a cuatro personas, los cuales son mis pupilos. Pero como soy malo memorizando sus nombres y por cuestiones de memotecnia, para que mi cerebro no rechace la información, ya que tengo demasiada almacenada, los he denomimado: Pupiletras, fue mi primer pupilo, siento mucha estima por él, es muy gracioso y no me gusta que me ve blue blue blue; Pupi, que estudia en La Molina, es el más gracioso de todos, hace muchas bromas y siempre me involucra con las digitadoras del área de en frente; Pupilín, que es mi más reciente adquisición, un poco díscolo, pero intento integrarlo para que entre todos seamos un grupo compacto y efectivo a la hora de enviar la mensajería a provincias.

Pero me falta mencionar uno. Ese que me falta son tus pupilas, Claudia, las primorosas estrellas, cubiertas por una gafas que, cuando me las ponía, me hacían sentir sensaciones psicotrópicas. Sí, tus ojos, grandes y cafés, que me miran cuando cierro los ojos y pongo en blanco la mente. Cuando tomo olanzapina y me voy entregando a sus efectos narcóticos, tus ojos, tus pupilas, tus córnea, tus belleza, me hace un invite a la nostalgia. Y soy feliz con tus pupilas. Mis pupilos podrán ser eficaces, me tratan con respeto, juegan a que me quieren y a que me odian; pero tus pupilas, tus pupilas, Claudia, las tengo tatuadas en mi cabeza. 

Y en estos días de lluvia, tus pupilas pueden ser el más preciso de los abrigos, porque me ofrecen una acogedora lindura, que yo, opaco de llanto, me atrevo a seducir con versos color café, café como tus ojos que amo tanto.

Y que te extraño por toda la eternidad... Espero que te guste, sólo yo sé el secreto de tus ojos.

domingo, 28 de agosto de 2011

Las dos mujeres

PRIMERA MUJER: LA TRAIDORA, FULANITA EMBUSTERA

¿Qué puedo decir? Que no lloro por ti? Claro que lloro por ti. Porque soy un huevón, un tarado, un imbécil, lo dejaste, dices, y al mismo tiempo mis labios recitaban líneas que te causaban sopor en una incierta luna, cuando caían nuestros deseos en un lóbrego destino. Y tú te ibas a una fiesta y te besabas con otros, y otros se te declaraban, y salías del trabajo de la mano parlando con otro, y en el paradero abrazabas a ese gordo mugriento con pinta de homosexual, y lo besaste llena de gracias para, según tú, arrebatarle las lágrimas que le nacían. Y yo, hechp un cojudo, en mi puesto de Hermes, contemplando mis dedos en el armario, mientras sufro el primer desmayo de esta sociedad. Y recién iban dos días. Y esos días los creí el inicio de una inmensa amistad con apariencia de amor. Pero, la reputamadre, por la conchasudamadre, me cagaste el corazón. Y lloro porque te quería mucho, me simpatizaba tus muecas, tus aletargadas pestañas seduciendo mi timidez. Y así de linda, así de puta resultaste. Dijiste que yo era un chico, sensible, bien, tranquilo, ok, diferente a todo lo anterior. Por la puta madre, porque te respeté tanto. En tu amorío con él, jamás te besé porque si te besaba estando tú con él, para mí dejarías de ser mujer, serías lo que eres ahora: una cualquiera. Por esto no quería querer a nadie, porque LAS MUJERES LO ROMPEN TODO. Te adelanto mis pasos. Correré a la cocino, cogeré el cuchillo, partiré un pan, le echaré mantequilla y miraré tele mientras dejo de llorar por ti.
"Lloro por lo mucho que te quería hasta el momento, aquí estás tú de rodillas y me importas un pimiento"

SEGUNDA MUJER: LA CARNICERA INSENSIBLE, PIADOSA EN EL AMOR

Lloro por ti todas las noches, porque sé que tú amas a Javier y olvidaste todo lo que vivimos. Mientras yo sueño contigo, hago las cosas por ti, tú sufres porque ese emo, que te dejó. Yo te hubiera respetado toda la vida, pero no lo hice. Me parto. Me parten las mujeres. Ya había dejado viejas costumbres, sabes, como divagar, soñar, hacer poesía, pensar en la muerte. Porque yo estoy sano. Pero extraño estar enfermo, tentar a la muerte, preocuparte y que vengas y me abraces. Fui manipulador. Y ahora me manipularon y me dejaron hecho mierda, una mierda muy triste. Nadie dijo que el amor fuera felicidad. Yo te amo solo a ti, no puedo amar a nadie más. Metí la pata al querer a otra, me pagó mal. En cambio tú, tú nunca me pagaste mal, yo fui el tonto muchas veces. Dejaría mi carrera, mi familia, mis amigos, daría mi vida, por verte un instantem que te quedes callada y me dejes llorar en tu hombro.
Te amo, pero quizá nunca más comprendas eso. Te amo, pero quizá nunca más me respondas.
¿Por qué los poetas sufrimos por amor?
¿Por qué el chico bueno siempre pierde?
¿Por qué te amo tanto? Hay algunos indecibles que merecemos una oportunidad en esta vida, una última para dar el toque final y esperanzarnos en el amor.
No amo ya, no, sólo a ti. Tenías razón, las que creí mis amigos, no lo son, esa chica que tú conoces como Azul es una traidora, ella colaboró a que esto suceda.
Quisiera verte. Quisiera morir.
Ahora iré a mi cocina, cogeré el vidrio y taparé mi ventana para que el frío no entre, ni mi llanto salga.
Te amo